Es de vital importancia tener en buen estado por nuestro propio bien y el de nuestro vehículo: los neumáticos.
Los neumáticos en nuestros coches son elementos imprescindibles, ya que transmiten la potencia del motor contra el asfalto, son el elemento de contacto entre la carretera y nuestro coche y además ayudan a la suspensión a absorber las irregularidades de la superficie por la que circulamos. Debido a esto, es tremendamente importante mantenerlos en buen estado para evitar un accidente y disfrutar de la conducción, es por ello que desde aquí queremos poner nuestro granito de arena para ayudaros a conseguirlo. (No voy a meterme en tipos de neumáticos, será algo general para todos).
Examinar la banda de rodadura
Los neumáticos, como elemento que se encuentra en todo momento ejerciendo una presión y fricción contra el asfalto, sufre un desgaste que merma su eficacia cada vez que sumamos kilómetros. La duración dependerá de nuestra manera de conducir y del compuesto con que hayan sido fabricados, por lo que cada cierto tiempo (unos 6000km) debemos comprobar el estado de la banda de rodadura.
Si el nivel del neumático ha llegado a los testigos de aviso es recomendable sustituirlos, a pesar de que os parezca que se pueden aprovechar bastantes kilómetros más, su eficacia no será ni por asomo la misma una vez llegan a los testigos. Pero además, y dependiendo de nuestra conducción, también hay revisar que el neumático no se desgaste de forma irregular, es decir, una zona determinada esté mucho más gastada que otra. Esto tiene explicación y es algo que tocaremos a continuación.
Equilibrado de las ruedas
Normalmente, cuando sustituimos nuestros neumáticos, el operario encargado de esta labor equilibra las ruedas cuando tienen el neumático nuevo puesto mediante unos pesos que se pegan o clipan en la llanta, ya sea por su parte exterior o interior. Esto sirve para que la rueda vaya perfectamente centrada y no provoque vibraciones o desgastes anormales en el neumático.
Cuando salimos del taller es raro que las ruedas estén mal equilibradas, pero puede suceder, lo que provoca que se produzca cavidades en la banda de rodadura del neumático. Por contra, si se produce esto pero tenemos las ruedas bien equilibradas es señal de que nuestras suspensiones están deterioradas.
Presión de los neumáticos
Cada coche es un mundo, además dependerá para que lo usemos o si transportamos objetos y personas de manera habitual en el, pero lo normal para una conducción habitual es que la presión de los neumáticos ronde los 2kg de presión de aire. Por encima de esta medida o por debajo provocaremos la deformación del neumático, lo que provocará un desgaste irregular.
Es bastante fácil de averiguar que sucederá, solo tenemos que usar la lógica: si la presión del neumático es demasiada se desgastará en sobremanera por la zona central, mientras que si la presión es deficiente los laterales del neumático son los que más sufrirán.
Sustitución de los neumáticos.
Ni que decir queda que esto es un trabajo que debe realizar una persona autorizada con herramientas adecuadas para ello. No quiero decir que no sepáis o que no seáis unos manitas, pero aunque no lo parezca cambiar una simple rueda conlleva riesgos para vuestra integridad y la de los neumáticos. Conozco varios casos de gente que lo ha hecho en su casa y se han cargado varios neumáticos por no hacerlo correctamente, o que lo han dejado mal puesto y al ponerle presión han reventado (a uno de ellos le reventó y le partió la pierna, tuvo suerte que no le saltó para la cara).
Otra cosa, que puede parecer una tontería pero que hay que tener en cuenta, es el sentido de rotación de los neumáticos a la hora de ponerlos ya que a parte de desgastarlos rápidamente su eficacia no es la misma.
Básicamente estos son los puntos a tener en cuenta para tener vuestros neumáticos en buen estado. Pensar que si no lo están, a parte de poder tener un accidente, pueden verse afectados otros elementos del coche como la suspensión la dirección.
22 de noviembre de 2011
Consejos de conducción: Mantenimiento de los neumáticos
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