Otro hype en la industria automovilística de los últimos años ha sido sin duda el Tata Nano, el utilitario de menos de 3.000 euros que iba a reventar el mercado. En Europa, y en la India ya lleva cuatro años a la venta, pero no se cumplen las previsiones.
Llevan vendidos 230.000 unidades, que diréis que no son pocas. Pero si vemos que en abril se vendieron solo 948 unidades (caída interanual de más del 80%), en un país donde se vendieron en 2012 1.895.471 unidades, algo no cuadra. De hecho, Tata tuvo un buen trastazo en ventas en 2012 en su mercado doméstico, una caída del 32,28% (media del mercado -6,69%).
Los problemas que tiene el coche más barato del mundo son, para empezar, tener la fama de ser el coche más barato del mundo. Es un símbolo de lo inverso a la ostentación, tener un Tata Nano por no poder pagarse otra cosa. El modelo básico cuesta 142.000 rupias, al cambio casi 1.800 euros. Los más equipados rascan los 3.000 euros.
Además del estigma que acarrea, hablemos de los problemas que dieron las primeras unidades (como incendios), el curioso sistema de pago o la competencia de un mercado emergente no, burbujeante. La India crece muy rápido, cada vez hay más clase media y se ven más atraídos por otro tipo de turismos.
El diseño bueno… consideremos que cuando se maximiza tanto el espacio en un coche pequeño, los márgenes a los diseñadores son muy estrechos, de hecho, citadme un solo coche del segmento A que sea realmente bonito (y que nos pongamos de acuerdo). Igual el Nano lo que necesita es versiones de precio superior o poner a gente más competente en marketing.
Parece que poco a poco están corrigiendo errores, han aumentado su presencia en redes sociales, las críticas se van suavizando y las versiones recién lanzadas dan atisbos de esperanza. Pero de momento lo seguirán fabricando, aunque sea por debajo de sus expectativas.
1 de julio de 2013
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