A finales de los años 60 la era del muscle car brillaba con todo su esplendor. Un culto a la potencia y la cilindrada que terminaría abruptamente sólo dos años después por exigencias gubernamentales y que la crisis del petróleo de 1973 terminó por rematar. Pero en 1969 todos estaban quemando goma y gasolina como si no hubiese mañana: General Motors, Chrysler, Ford y todas sus subsidiarias competían intensamente incluso en nichos como coches adaptados al drag-racing desde la propia fábrica.
Es por ejemplo el caso del COPO Camaro del que ya os hemos hablado o su rival directo, el Ford Mustang Boss 429. Ya que Ford tenía la capacidad productiva – incluso sus talleres especializados en vehículos de nicho – totalmente ocupada con ediciones especiales del Mustang y otros modelos, encargó a Kar Kraft la producción del Mustang definitivo. Sólo 859 unidades del Ford Mustang Boss 429 vieron la luz, la de vuestras pantallas es 100% original y se ha puesto a subasta en eBay.
Terminada en color Wimbledon White, estas unidades eran especiales por la bestia que vivía bajo su capó. Un gigantesco motor V8 de 429 pulgadas cúbicas, 7 litros de cilindrada. El ingente bloque de ocho cilindros requirió una adaptación del vano motor, con un rediseño del esquema delantero de suspensiones. Este motor desarrollaba 375 CV según la ficha y para mantener a raya a las aseguradoras. La realidad es que las ruedas del Mustang recibían más de 500 CV sin adulterar. Crema, de la buena.
El Ford Mustang Boss 429 nació del requerimiento de la NASCAR de producir 500 unidades del nuevo motor 428SCJ, que se emplearía en competición, pero debía haberse antes montado en coches de calle. El hardware que rodeaba a este propulsor era muy serio para la época: frenos de disco delanteros con asistencia hidráulica o barras estabilizadoras traseras, novedades para la época y primicias en un pony car. Contaba con dirección asistida y una caja de cambios manual de cuatro relaciones cerradas.
Era capaz de acelerar hasta el cuarto de milla en 10 segundos largos, cifras impresionantes entonces y ahora también. El motor era puntiagudo y despertaba a partir de las 5.000 rpm, el aire acondicionado o una caja de cambios automática eran extras prohibidos. En cierto modo fue un coche incomprendido, pues su fin no era ni el dominio del drag-strip o el dominio de las calles, era un vehículo de homologación para un motor de competición. Esto no lo hace menos atractivo, lo hace aún más especial.
La unidad a subasta tiene sólo 2.219 millas en el odómetro (menos de 4.000 km) y todos ellos han sido de cuarto de milla en cuarto de milla, ya que nada más fue comprado, se envió a TASCA Ford, que lo preparó para el drag-racing con accesorios de la época, que se mantinen originales. El resto de elementos del coche son completamente originales. Un ejemplar único cuyo precio de salida son 185.000 dólares, y que a buen seguro logrará atraer más que miradas.
6 de diciembre de 2011
A subasta un exclusivo 1969 Ford Mustang Boss 429 original
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