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8 de noviembre de 2011

Consejos de conducción: El importante sistema de suspensión

Para cualquier tipo de conducción, ya sea deportiva en circuito o normal en carretera, hay que tener en cuenta diversos elementos de nuestros coches que deben mantenerse en el mejor estado posible por el bien de nuestra seguridad, y como no también para realizar una conducción lo más agradable posible. Uno de esos elementos, y del que mucha gente se olvida o simplemente desconoce, es el sistema de suspensión.

Todos debemos tener presente que la suspensión de nuestros coches es algo realmente importante a la hora de conducir, sin una suspensión en buen estado no disfrutaremos de conducir, a veces se hará realmente difícil e incluso podríamos tener un accidente con consecuencias graves. La suspensión es la gran olvidada, pero gracias a ella nuestros coches se mantienen en contacto con el suelo y minimizan al máximo las irregulares del terreno gracias a los elementos elásticos que la componen.

Da igual que la suspensión de nuestro coche más deportivo o más convencional, más dura o más blanda, todas ellas contarán con varios componentes, de los cuales los más importantes son el muelle y el amortiguador. El primero se encarga de absorber las irregulares de la carretera, gracias a sus movimientos de compresión y descompresión para mantener las ruedas pegadas al suelo, mientras que el amortiguador se utilizar para eliminar el rebote provocado por el muelle durante sus movimientos.

Estos dos elementos trabajan infinidad de veces en nuestros trayectos, con lo que podéis imaginaros el desgaste que tienen que unido a un mal uso de nuestros coches pueden provocar su “desfallecimiento”. Ya sea por envejecimiento o por mal uso, el elemento que habitualmente se rompe es el amortiguador, haciendo que el líquido que se encuentra en su interior (ya sea aceite o gas) se derrame al exterior provocando un balanceo mayor de nuestro coche.

Esto es muy raro que suceda de golpe, el envejecimiento es muy progresivo, lo que puede provocar que no nos demos cuenta de su deterioro hasta que nuestra suspensión se encuentre en las últimas. La única solución a esto es que nuestro taller habitual revise el sistema de suspensión puntualmente cuando le toque y, con ello, sustituir las piezas que hagan falta si se considera necesario.

A parte de esto nosotros podemos ayudar a controlar el estado de nuestra suspensión, y es algo que solo podremos hacer nosotros durante el día a día de nuestra conducción. Algún que otro truco es vigilar que nuestros neumáticos no tengan un desgaste irregular o que al agarrar un bache el coche no se balancee y rebote verticalmente hasta conseguir su estabilidad. Si tenéis esto presente vuestra conducción será mucho más bueno y disminuiréis el riesgo a tener un accidente que no tendría que haber sucedido.

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