Cuando se lanzó el Honda CR-Z, todos vimos en este pequeño coupé híbrido mucho más potencial del que realmente entrañaba. El carácter deportivo se enfatizaba con sus pequeñas dimensiones y peso contenido, con un cambio manual que es toda una rareza dentro de los híbridos y con un chasis muy dinámico, que podría aguantar perfectamente más caballos. Ese quizás fuese un pequeño problema para el CR-Z: su pequeño motor 1.5 VTEC, en combinación con la unidad eléctrica, rinde bien, pero no podemos dejar de preguntarnos cuál podría ser el disfrute con un poco más de potencia.
Para los más quemadillos, y con el fin de arreglar esto, nació el Honda CR-Z Mugen, con nada menos que 200 CV gracias a la ayuda de la sobrealimentación. Y ahora, llega el estreno del modelo en competición, aunque más que estreno, quizás debiéramos decir su enésima presentación en sociedad: este Honda CR-Z Racer desarrollado por Honda Perfomance Development estará presente en las 24 Horas de Le Mans 2011, que se disputa este fin de semana, aunque no compitiendo, sino tan sólo rodando unas vueltas en La Sarthe a modo de exhibición antes del inicio de la prueba.
No es la primera ocasión que el Honda CR-Z Hybrid Racer se muestra en sociedad, puesto que ya se había presentado en el SEMA Show 2010 en Las Vegas y ya ha corrido en las 25 Horas de Thunderhill, finalizando segundo en su categoría. Sin embargo, su bautismo de fuego será este fin de semana, y es que siquiera poder estar presente en una de las competiciones automovilísticas más importantes del mundo y con más tradición, como es Le Mans, ya es en cierto modo un pequeño triunfo.
Honda Perfomance se toma esta versión de competición como una prueba para desarrollar futuras soluciones y tecnología para los modelos híbridos de la casa, y no como una mera unidad para competir. Con cambio manual de 6 velocidades y una batería de ion litio de 7 kWh, consigue 200 CV y un par máximo de 237 Nm, de forma similar al CR-Z Mugen. En este caso se recurre al mismo 1.5 VTEC, aquí turboalimentado, así como a la tracción delantera que ya ofrece de serie.
De su exterior, poco podemos decir: espíritu de carreras en estado puro, con una bonita decoración, un alerón posterior a la altura (nunca mejor dicho), llantas de aleación blancas a juego con la carrocería y un interior espartano, con lo justo para pilotar. No hará historia en La Sarthe, pero probablemente pueda ocupar un pequeño lugar en el corazoncito de aquellos que gustan de conjugar deportividad con tecnología sostenible.
9 de junio de 2011
El Honda CR-Z Racer se va de paseo a Le Mans
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