Una vez que Daewoo es historia en Corea del Sur, llega Chevrolet, y esto es lo que se ha mostrado en el Salón de Seúl. Es un prototipo híbrido que anticipa cómo sería un coche deportivo de la marca en el futuro. Tiene reminiscencias al Monza SS (1963) y al Corvair Super Spyder (1962).
Está hecho en fibra de carbono reforzada con plástico (CFRP), como por ejemplo el futuro BMW Megacity. Es un roadster deportivo con tracción total, dependiendo de las circunstancias. Su aerodinámica está inspirada, dicen, en los modernos aviones de caza. Las puertas se abren hacia arriba, lo llaman estilo Le Mans.
Tiene dos fuentes de propulsión, eléctrica y de gasolina. Está pensado como un híbrido enchufable, con una autonomía decente para desplazamientos urbanos y para todo lo demás una combinación gasolina-eléctrica. No hay datos de prestaciones, ni de eficiencia, solo sabemos que en el eje delantero lleva dos motores eléctricos de 15 kW.
En el eje trasero la fuerza viene de un motor central trasero 1.5 Turbo de cuatro cilindros, combinado con otro motor eléctrico. Dispone de 1,6 kWh de baterías eléctricas, la décima parte de capacidad que el Chevrolet Volt. Se puede pasar de tracción delantera a propulsión a voluntad, no dan demasiados detalles de cómo hacerlo.
Tiene una transmisión automática de doble embrague, DCT, que elimina el convertidor de par. También tiene un lógico sistema Stop&Start para cuando gastar energía es superfluo. Podemos entender que el típico coche divertido y eficiente del futuro tendrá esta pinta, para cuando la gasolina sea absurdamente cara y escasa.
Piloto y copiloto se podrán divertir con los mandos futuristas o con los gadgets tecnológicos de turno. Está diseñado por dentro de forma asimétrica para dar más protagonismo al conductor. El habitáculo tiene un perfil de diamante, no parece que sobre mucho espacio, aunque claro, este coche es para lo que es.
¿Qué materiales podemos esperar en su interior? Aluminio cepillado, cuero natural, ¿metal líquido? (sic)... Con la carrocería que tiene, ligera por definición, incluso con una potencia modesta debería ser muy divertido de conducir. No tendrá mucho que ver con los grandes muscles de Chevrolet, pero es que hay un cambio de siglo de por medio.
Todo tiene sentido en este modelo, desde la curiosa forma de ubicar la instrumentación hasta las llantas (20” delante y 21” detrás). La carrocería orienta el flujo de aire en función de sus necesidades, como los alerones, siempre al servicio de la eficiencia o del comportamiento.
Tiene un planteamiento similar al BMW Vision Connected Drive, por poner un ejemplo cercano. Si el futuro que espera a los coches divertidos es este, por mi que adelanten la hora, mejor así que con motores diesel. Estamos hablando de declaraciones de intenciones, pasará tiempo hasta que podamos ver algo así por la calle. No vuela, pero....
6 de abril de 2011
Chevrolet Mi-ray Roadster Concept
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