El pequeño Renault Twingo podría ser el vehículo ideal para las calles parisinas, pequeño y ágil se mueve como pez en el agua en el denso tráfico urbano. Su pequeño motor y peso ligero le permiten ser muy frugal en el consumo de combustible, con poco impacto en la cartera de su dueño. Por el contrario, un Range Rover es la esencia del automóvil británico, lujoso, grande, opulento y muy capaz fuera del asfalto. Equipado con motores de seis y ocho cilindros, no es precisamente económico de mantener.
Dos carácteres incompatibles en dos coches completamente opuestos. ¿Seguro? El constructor de motocicletas y preparador francés Lazareth ha acoplado al pequeño urbano un motor 3.5 V8 de origen Ranger Rover. El ocho cilindros se empleó por primera vez en vehículos Rover y estaba fabricado en aluminio. Desarrolla 180 CV, que pasan al eje trasero del Twingo a través de una caja de cambios manual de cinco relaciones. El propulsor se ubica tras los asientos delanteros en posición central-trasera.
En concepción es similar a los Renault Clio V6, sólo que mucho más radical. Y no hay que olvidarse del trabajo y demás modificaciones que Lazareth a afrontado. Del Twingo original apenas queda carrocería y habitáculo puesto que se hubo de crear un chasis subframe de tipo tubular o ensanchar muy notablemente las vías, por citar algunos de los cambios más notables. Es un coche que va muy en serio, sólo hay que fijarse en la sección 320 de los neumáticos traseros Yokohama, colocados en llantas de 18 pulgadas.
Y como es evidente a la vista de las fotos, hay un nuevo kit de carrocería, una pintura gris mate y unas espectaculares salidas para los dos escapes. En el habitáculo nos sentiremos cómodos en buckets MOMO y controlaremos todo a través de una instrumentación digital. El precio para este juguete franco-británico es de 70.000 lereles, a cambio obtenemos dosis ingentes de diversión y miradas atónitas de viadantes.