A causa de los obstáculos que los conductores nos cruzamos en nuestro camino, muchas veces nos vemos obligados a evitar ciertas calles, aminorar la velocidad hasta llevarla al mínimo al pasar por cunetas o lomos de burro, o desistir de transitar con nuestro vehículo por caminos sinuosos para evitar que las condiciones del piso conspiren contra la buena salud de nuestro vehículo.
Para que esto no ocurra, muchos de los autos y camionetas de alta gama vienen equipados con un sistema que varía el despegue del piso según parámetros predeterminados para cada tipo de camino o uso, o de acuerdo a la velocidad de marcha. Marcas como Audi, Mercedes-Benz o Land Rover, por citar sólo a algunas, desarrollaron diferentes sistemas que equipan sus productos para ofrecerle más y mejores opciones a su selecta clientela.
Los mismos cuentan con un complejo sistema de sensores, fuelles y un equipo de aire a presión, que, en conjunto, forman la suspensión neumática. Así, nuestro auto puede adaptarse fácilmente y en un tiempo mínimo a diferentes situaciones, velocidades o tipos de manejo.
El sistema de suspensión tradicional, el que tienen la mayoría de los autos que vemos en la calle, cumple con sus funciones básicas: amortiguar las irregularidades del suelo y así transmitir el mayor porcentaje de potencia del motor al piso. Pero, por supuesto, no puede saber qué tipo de dureza necesitamos de acuerdo al uso que le estamos dando al vehículo en diferentes momentos o situaciones, qué altura precisamos para que ciertas partes estén a salvo o cuánta resistencia le debe oponer a los diferentes niveles de carga. Para remediar eso fue desarrollada la suspensión neumática, que además de cumplir con su función primitiva, le agrega un amplio abanico de prestaciones que nos aportan confort de marcha, seguridad y hasta disminuyen el consumo.
El sistema, preparado para trabajar en diferentes condiciones y usos, combina varias funciones. Por un lado podemos predeterminar el despeje del piso para un manejo standard, deportivo u off road según nuestro gusto al momento de comenzar el viaje. Una vez en movimiento decide por sí mismo la altura adecuada para el tipo de uso que le estamos dando al auto en diferentes momentos, gracias a su sistema de sensores que captan velocidad, irregularidades del piso, peso de carga, etc.
Llevado a la práctica, esto nos va a permitir comenzar el viaje con una altura suficiente para sacar el auto del garage, sortear las irregularidades propias de las zonas mas urbanizadas como lomos de burro, cunetas o baches, y ofrecernos una altura y dureza para tránsito a baja velocidad. Una vez en avenidas, rutas o autopistas -lo que supone tránsito a velocidades más elevadas- la altura disminuye y podemos disfrutar de mejor agarre gracias al menor despeje.
Además de permitirnos modificar la altura del auto según el caso, la suspensión neumática también evita que el menor o mayor peso cargado en nuestro vehículo o su desigual distribución modifique la altura. De esta manera elimina, por ejemplo, la antiestética depresión de la parte trasera al cargar en exceso el baúl, lo que también condiciona nuestro manejo.
El equipo, controlado por una computadora, consta básicamente de un acumulador de presión, un dispositivo de suministro de aire a presión, cuatro fuelles neumáticos en los ejes delantero y trasero, cuatro sensores de nivel en los ejes delantero y trasero y uno que controla la oscilación de estos, además de los respectivos conductos que transportan el aire. Los cuatro fuelles están fabricados de un material sumamente robusto y a la vez sensible. Gracias a esa combinación cuentan con una larga vida útil, pero sin dejar de dar una respuesta de máxima suavidad ante cualquier movimiento del eje.
Los encargados de aportar una buena respuesta dinámica son la recámara adicional y la especial configuración de los pistones. El diseño y la ubicación del cojinete de soporte del tirante de la suspensión aseguran que las fuerzas transversales no interfieran en el trabajo de los amortiguadores, proporcionando un nivel de confort de marcha superlativo.
En los sistemas más avanzados la respuesta ante cada estímulo externo llega en cuestión de milisegundos, gracias al trabajo de los pistones en los amortiguadores de gas de doble tubo y una válvula de compresión controlada de forma electrónica. Los sensores de aceleración instalados en las ruedas y los que descansan en los ejes son los encargados de calcular la dureza y el recorrido de las suspensiones.
Así, sin que lo notemos al momento de andar, los diferentes sensores monitorean constante y conjuntamente la altura del vehículo, la velocidad de marcha y el comportamiento de la suspensión, para que la presión de aire en los fuelles suba o baje gracias al trabajo del sistema de compresión de aire de acuerdo a las necesidades del momento.
13 de diciembre de 2007
Altura Ideal
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