Tal vez sin llegar a los actuales 56% de Italia, o 70% de España, o 50% de Inglaterra, Argentina tuvo su época dorada para los “gasoleros”. Los vehículos propulsados a combustible diesel (y sus propietarios) vivieron aquella década del 90 -y en menor medida la siguiente- con importantes caudales de ventas. Hoy, la oferta de diesel prácticamente ha desaparecido en turismos. ¿Por qué?
Mucho se ha escrito -y comentado- acerca de la conveniencia (o no) de las motorizaciones diesel. Y aparecen distintas variables a evaluar: costo del modelo, costo del combustible, kilómetros anuales a recorrer, tipo de utilización y de manejo, etc. Creo que, quienes han tenido vehículos con esta motorización, en general, no hacen tanto cálculo; son fervientes seguidores de sus cualidades y normalmente no vuelven a opciones nafteras, aun en Argentina, donde pareciera que la “guerra contra los diesel” ha minado al enemigo. Claro, la ecuación general (formada por las variables antes mencionadas) ha cambiado mucho en los últimos 20 años.
Por un lado, el gasoil (en aquella época era común, no pensado para modernos motores common rail) tenía un precio muy inferior a la nafta, lo que hacía que su utilización fuera “sin dolor para el bolsillo”. Además el combustible no escaseaba, se conseguía fácilmente. Y los precios de los 0 km eran bastante similares para ambas motorizaciones. Por un decreto gubernamental, hace tiempo, se estableció un impuesto del 10% a los vehículos propulsados a gasoil; sin embargo no cayeron sus pedidos.
Más acá en el tiempo, los equilibrios anteriores dejaron de serlo. El costo del combustible diesel aumentó notablemente (hoy el “común” cuesta un poco menos que la nafta súper, y el Euro diesel bastante más), y esto alargó la curva de amortización del sobre costo inicial (en el orden del 10% promedio, no muy distinto a otros países). Por otro lado, el gran recambio de usados por 0 km de la última década, con motores mas sensibles al azufre hizo que sea necesario (y en algunos casos aconsejable) cargar Euro diesel, más caro. Y si bien el faltante de oferta de combustibles líquidos en Argentina es general, en el diesel ha sido más fuerte en algunas regiones.
Y como si fuera poco, se agregan 2 factores que aportaron lo suyo para la “muerte” de los gasoleros. El GNC (Gas Natural Comprimido) hoy cuesta (por m3) la 1/5 parte que los líquidos (el parque automotor a GNC argertino es líder mundial), con lo cual, su costo de funcionamiento es muy bajo, a pesar que los equipos de conversión para motores arranca en los 1,000€ , pero se amortiza rápidamente. Y el otro factor tiene nombre propio: Brasil.
Nuestro gigante vecino no vende vehículos propulsados a diesel en su mercado interno, sólo los produce para exportación. Y como las acciones industriales y comerciales en la región se definen mirando a Brasil, este combustible ha dejado de ser interesante para los fabricantes. Solo por mencionar algunos casos, Renault Clio (II) y Fluence, Fiat Palio y Punto, Volkswagen Gol y Fox, no cuentan hoy con motores diesel en sus ofertas. Todo un signo.
Si bien hay un pequeño resurgir de los diesel de mano de los importados, y sobre todo premium, todo parece indicar que en los generalistas y de segmentos inferiores, se ha ido y para siempre. Ojalá que vuelva.
7 de diciembre de 2011
El ocaso del diesel en Argentina ¿A qué se debe?
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