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3 de noviembre de 2011

Tu coche en forma: mantenimiento de los neumáticos

A día de hoy muchos conductores siguen ignorando la importancia que tiene el buen estado de unos neumáticos sobre nuestra seguridad y la de aquellos que nos acompañan a bordo. Piensen que la estabilidad de una inmensa mole de metal de más de una tonelada que circula a velocidades de hasta 120 km/h, según limites legales en España, depende de una superficie de contacto entre goma y asfalto de apenas 20 centímetros de anchura.

Sin ser la causa principal de siniestralidad es de perogrullo que su influencia en una situación de riesgo es vital, hasta el punto de poder marcar la diferencia entre un susto y un accidente muy grave. Se estima que un 1% de los accidentes se debe directamente al mal estado de los neumáticos, siendo la causa más habitual el pinchazo o el reventón. Los vehículos industriales son los que acusan en mayor medida este tipo de siniestros.

¿No creen que merece la pena echar un vistazo a sus neumáticos?

Desgaste de la banda de rodadura

Uno de las imprudencias más comunes es la de circular con neumáticos excesivamente desgastados. La crisis no ha hecho sino justificar que algunos conductores decidan, incluso a veces conociendo los riesgos, prolongar la vida útil de las gomas de su vehículo mucho más allá de lo recomendable y legal. El problema en la mayoría de los casos es que dado que a diario no nos solemos encontrar con situaciones de riesgo, sólo nos percataremos de la importancia del neumático cuando tengamos que realizar una frenada de emergencia o una esquiva y nos encontremos con que la goma nos ha abandonado…

El límite legal de profundidad de los surcos es de 1.6 milímetros, si el desgaste es superior podríamos enfrentarnos a una multa por parte de las autoridades de tráfico e incluso a la inmovilización de nuestro vehículo. Todos los neumáticos cuentan en los surcos exteriores, en los flancos, con unos testigos que una vez alcanzados indican que se ha superado el límite legal y por tanto es necesario sustituirlos.

No obstante se recomienda sustituir los neumáticos cuyos surcos tengan una profundidad inferior a los 3 milímetros. Lógicamente un conductor de a pie no contará con instrumental para analizar el desgaste de sus neumáticos. Por ello, una buena forma de comprobar si están en unas condiciones óptimas o no es introduciendo en el surco una moneda de un euro. El surco debería ser más profundo que la corona dorada de la moneda.

Alineación de neumáticos, paralelo

En ocasiones los neumáticos presentan un desgaste más acusado en uno de sus flancos, estrías en la banda de rodadura y rebabas. Sin lugar a dudas es un claro indicador de un incorrecto paralelismo de las ruedas. En tal caso es necesario acudir a un taller profesional en el cual efectuar una alineación de los neumáticos, dado que de mantener la situación es muy probable que nos encontremos con un desgaste prematuro de los neumáticos.

La alineación de neumáticos o paralelo, consta básicamente de unos reglajes que permiten ajustar con cierta exactitud la posición de las llantas. Primeramente se ajusta el camber, es decir, el ángulo idóneo que deben formar las llantas respecto a la vertical con el asfalto. Adicionalmente se ajusta el caster, es decir, el ángulo de inclinación del hipotético eje que atravesaría de arriba abajo una rueda por su posición central. Por último se ajustaría la convergencia, es decir, garantizar que las llantas están en todo momento formando una recta infinita paralela.

Comprobar periódicamente la alineación de los neumáticos es muy importante. Algo tan habitual como sobrepasar un bache en la carretera o tocar un bordillo en una maniobra de aparcamiento, puede cambiar los reglajes del paralelismo y provocarnos un desgaste desigual en los flancos. Lo normal es que cada sustitución de neumáticos vaya acompañada de la correspondiente alineación.

Equilibrado de ruedas

La fabricación en serie y todos aquellos procesos de calidad por los que tiene que pasar un neumático antes de llegar al consumidor permiten garantizar una exactitud y homogeneidad bastante alta del producto. No obstante, la perfección no existe y quizás por el desgaste, por irregularidades en los surcos o incluso en la propia llanta, lograr una homogeneidad total en cada rueda (llanta y neumático) es prácticamente imposible.

Es por eso que se hace necesario obtener un equilibrio de pesos que evite incómodas vibraciones, botes, desgastes prematuros y proteja la suspensión, la dirección y la transmisión de posibles daños. El equilibrado se realiza adhiriendo una serie de plomos a la propia llanta con objeto de compensar los pesos en todo su diámetro.

Rotación de neumáticos

La rotación de neumáticos consiste básicamente en cambiar los neumáticos de dos en dos, tratando de montar los nuevos en el eje posterior y los viejos y por tanto más desgastados en el eje anterior. Algunos fabricantes recomiendan incluso no esperar a la sustitución de neumáticos y realizar una rotación cada 5.000 o 10.000 kilómetros con el objetivo de uniformizar el desgaste de estos. La rotación puede realizarse de delante-atrás y viceversa, o en diagonal (rotación cruzada) en el caso de neumáticos no direccionales.

En el caso de la rotación a la hora de sustituir neumáticos, antaño se creía conveniente montar los neumáticos nuevos en el eje posterior para evitar el riesgo de un eventual reventón, más difícil de controlar si se produce en un neumático trasero. Hoy en día y salvo neumáticos en muy mal estado los reventones no son habituales. Aún así fabricantes como Michelin recomiendan montar siempre el neumático nuevo en el eje trasero para obtener un mayor control en frenadas de emergencia y curvas cerradas y para reducir el riesgo de pérdida de control en especial en superficies mojadas o deslizantes.

De momento esto es todo por hoy.

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