El mundo del drifting siempre me ha parecido apasionante. Vehículos configurados únicamente con el objetivo de quemar rueda de manera artística, si se me permite la licencia. Jugando con la pérdida total de control, en el límite del agarre físico, hay pilotos que hacen auténticas virguerías con sus deportivos japoneses anabolizados. Lo que desconocía es que existe una escena drifting bastante importante en el mundo de las dos ruedas.
A las pruebas me remito, así que sin mucha más dilación os ofrecemos un espectacular duelo drifting entre un Mazda RX-7 del año 1993 especialmente preparado para quemar neumáticos Toyo y una Kawasaki ZX-10 con un brazo trasero extendido. Con una batalla mayor, el piloto Nick “Apex” Brocha puede jugar con sus 175 CV a antojo, con cruzadas tan espectaculares como las que consigue Jim Guthrie con su RX-7. El vídeo va acompañado de espectaculares tomas desde un coche teledirigido.
Antes de nada, ¿os he mencionado que el RX-7 lleva un motor V8 procedente de un Chevrolet Corvette? La receta para una buena diversión a un click de distancia.