No hace falta ser un experto en tuning austral para conocer a Tom Walkinshaw. El ex-piloto de carreras escocés y antiguo patrón de la escudería Arrows sigue bien metido en el mundillo de la competición, si bien hoy no es noticia por sus podios o fracasos, sino porque su empresa Walkinshaw Performance ha dado forma al familiar menos apto para todos los públicos que hemos visto en mucho tiempo.
La broma, desarrollada sobre el Holden VE Commodore SS V-Series Special Edition (esa rareza australiana con la parrilla de Pontiac), es el resultado de aflojar 43.990 dólares australianos (40.000 dólares americanos/30.000 euros) por encima del coche original, todo para conseguir un nuevo compresor volumétrico y un intercooler para el motor 6.0 V8 de serie, que a lo tonto a lo tonto, consiguen sacar 611 CV y 770 Nm sin que nada estalle por ahí. Aparte de algún que otro radar, porque ver a tamaño ballenato poniéndose a 100 en menos de cinco segundos tiene que quitar el hipo. Y a más de uno, hasta las ganas de vivir.
Puede que no sea un RS6 Avant, pero céntimo a céntimo, y considerando que Walkinshaw Performance mantiene las garantías de fábrica en sus creaciones, tampoco es como arrugar la nariz porque no tenga pasaporte alemán.
25 de marzo de 2010
Tuning: Walkinshaw Performance lanza el SS-V Superwagon
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