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27 de agosto de 2010

¿Hasta que punto nos influye la ficción cuando conducimos?

¿hasta qué punto nos sentimos influenciados por el cine, los videojuegos y la televisión?

Videojuegos como la saga Need for Speed: Hot Pursuit o Grand Theft Auto nos demostraron a toda una generación lo “divertido” que es protagonizar persecuciones de película, así como aún hoy en día son veneradas las escenas de Bullit o los saltos de El Coche Fantástico. Pero la ficción es ficción y como tal las consecuencias de intentar repetir lo que consiguieron unos efectos especiales, unos especialistas de escenas de riesgo o la propia realidad virtual, pueden ser peligrosas para quien no logra discernir entre realidad y ficción.

El protagonista del suceso que me lleva a hablar de este tema, fue un joven británico que solía bromear con sus amigos diciendo que un día intentaría saltar el muelle, de lado a lado, emulando a Starsky & Hutch. Según cualquier persona que se haya acercado hasta allí, es algo físicamente imposible. Aún así un día que conducía ebrio consiguió la valentía y la estupidez suficiente como para intentarlo y acabó estrellando su coche en el agua y falleciendo poco después.

Estos casos son más propios de niños y gente con desequilibrios mentales. De hecho no sé hasta que punto es leyenda urbana o realidad que en su día, cuando se estrenó Superman, muchos niños fallecieron intentando volar desde el alfeizar de la ventana como su superhéroe favorito.

En cualquier caso y salvando las distancias. Tal vez en alguna ocasión hayáis sentido que después de ver películas como The Fast & The Furious, 60 segundos, y muchas otras en las que los automóviles y la conducción a toda velocidad son los protagonistas, que al agarrar el coche dan ganas de pisar con más fuerza el acelerador y por un momento os gustaría emular a vuestros héroes.

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